
¿Por qué 2019 se siente como el último año normal? Estas teorías intentan explicarlo
Desde hace algunos años, miles de personas alrededor del mundo coinciden en una sensación extraña: 2019 se siente como el último año normal. Después de eso, todo parece una especie de bucle, una repetición sin fin de crisis, confusión y tiempo que pasa pero no se siente. ¿Es solo una percepción psicológica o hay algo más detrás?
Aunque no existe una explicación científica definitiva, en internet han surgido múltiples teorías —algunas conspirativas, otras más espirituales— que intentan explicar este fenómeno. En este artículo exploramos las más populares y lo que revelan sobre el estado actual de la sociedad.

La teoría del cambio de línea temporal o “Timeline Shift”
Una de las ideas más difundidas en foros como Reddit y TikTok es que algo ocurrió a nivel cuántico o dimensional entre 2019 y 2020. Según esta teoría, la humanidad habría cambiado de línea temporal sin saberlo, lo que explicaría por qué el mundo se siente “fuera de lugar”.
Algunos señalan como responsables al CERN y sus experimentos con partículas subatómicas. Otros simplemente creen que fue un “ajuste del sistema”, como si viviéramos en una simulación que fue reiniciada o alterada.
“Desde 2020 siento que la realidad se fragmentó. Nada volvió a ser igual, aunque nadie pueda señalar qué exactamente cambió.”
El “Gran Reinicio” como intervención planificada
Otra teoría popular parte de una base real: el Great Reset, una iniciativa promovida por el Foro Económico Mundial. Oficialmente, este proyecto busca reconstruir el mundo después de la pandemia con un enfoque más sostenible y equitativo. Sin embargo, las teorías conspirativas lo interpretan como un plan encubierto para rediseñar el orden mundial.
Bajo esta lógica, la sensación de estancamiento no sería casual, sino parte de una estrategia para:
- Incrementar la vigilancia digital
- Promover dependencia tecnológica
- Desdibujar la idea de “normalidad”
- Reemplazar lo físico por lo virtual

¿Y si el tiempo está roto? (Teoría del “Broken Timeline”)
Muchas personas han compartido en redes sociales que, desde el 2020, los años se sienten borrosos. Es difícil diferenciar el 2021 del 2022, o el 2023 del presente. Algunos expertos en psicología señalan que esto podría ser consecuencia del trauma colectivo generado por la pandemia y las múltiples crisis globales consecutivas.
El encierro, la sobreinformación, la incertidumbre económica y el aislamiento social alteraron profundamente nuestra percepción del tiempo.
¿Nos están observando? Teoría alienígena post-2017
Aunque más extrema, esta teoría tiene una raíz interesante: en 2017, un objeto interestelar llamado Oumuamua atravesó el sistema solar. El científico de Harvard Avi Loeb propuso públicamente que podría tratarse de una nave alienígena. Incluso planteó la posibilidad de que fuera hostil o una sonda de reconocimiento.
Algunas versiones de esta teoría dicen que desde ese momento —y especialmente después de 2019— hemos sido parte de una intervención silenciosa por parte de inteligencias superiores.

El despertar espiritual interrumpido
Desde el lado espiritual, se cree que el 2020 era el inicio de un despertar colectivo de conciencia. Una evolución emocional y energética que iba a marcar un antes y un después para la humanidad. Sin embargo, según esta teoría, ese proceso fue interrumpido o ralentizado por fuerzas que prefieren que la humanidad siga dormida.
Estas “fuerzas” podrían ser interpretadas como gobiernos, elites, inteligencias artificiales o incluso estructuras invisibles de control colectivo.
¿Qué dice la psicología sobre esta sensación de estancamiento?
Más allá de las teorías, la psicología ha comenzado a documentar esta sensación colectiva de que el tiempo se detuvo o se volvió extraño desde 2020. Y no es casualidad.
Estrés crónico y percepción del tiempo
La psicóloga Ruth Ogden, de la Liverpool John Moores University, explicó en un estudio de 2021 que el tiempo subjetivo se ve alterado por el estrés, la ansiedad y la monotonía. Durante los confinamientos, muchas personas sintieron que los días eran eternos, pero los meses se desvanecían rápidamente. Esto ocurre porque el cerebro registra el tiempo en base a eventos novedosos o significativos, y estos fueron escasos en esos años.
“Cuando nuestras vidas pierden novedad, variedad y momentos clave, el cerebro deja de registrar el paso del tiempo de forma lineal”, explica Ogden.

Duelo colectivo y trauma compartido
El psicólogo Steven Taylor, de la Universidad de Columbia Británica, acuñó el concepto de síndrome post-pandémico, relacionado con el duelo colectivo. Esto ocurre cuando una sociedad entera sufre una pérdida (en este caso, de normalidad, seguridad y libertad) y entra en un estado emocional de transición, confusión y resistencia al cambio.
“El COVID-19 no solo dejó efectos físicos; cambió la estructura psicológica de la sociedad”, afirma Taylor.
La disolución de estructuras temporales
Antes de la pandemia, el tiempo estaba marcado por rutinas claras: trabajo, escuela, eventos, vacaciones. Desde 2020, muchas de esas referencias se desvanecieron o se volvieron virtuales, generando una sensación de atemporalidad social, en la que todos los días parecen iguales y es difícil distinguir entre un año y otro.
¿Teorías locas o reflejo de una verdad más profunda?
Tal vez no estamos en otra dimensión ni bajo control alienígena, pero sí es cierto que el mundo que conocíamos ya no existe, y ese duelo colectivo está en proceso. Las teorías no son necesariamente verdades absolutas, pero funcionan como una forma de expresar el desconcierto, la fatiga y la ruptura de lo familiar.
Algo cambió después de 2019. Y aunque nadie tenga una explicación definitiva, esa sensación sigue presente en millones de personas.